Solía decir un profesor de Liderazgo en IESA que la locura consiste en hacer siempre lo mismo, y esperar resultados diferentes. Esta frase simple, se vuelve sorprendentemente útil a la hora de pensar en cómo podría comportarse la economía venezolana en el año 2004, un período que a todos se nos antoja cuando menos incierto y en ocasiones hasta impredecible.
¿Cuáles son los principios que han regido la política económica durante estos años? La creencia fundamental del gobierno ha sido y sigue siendo que el problema del crecimiento es simplemente un problema de poner a circular dinero por la calle para generar demanda. Esa creencia fundamentó la política de gasto agresivo implementada durante los años 2000 y 2001, que en lugar de estimular el crecimiento – más allá de 2%-3% – provocó inmensas salidas de capitales. El nivel de gasto en ese período fue tan agresivo que no alcanzó la renta petrolera para financiarlo, por lo que el gobierno recurrió masivamente al endeudamiento interno.
Esa misma concepción se mantiene hoy en día, pero en un ambiente de control de cambio, lo que ha disparado la liquidez 45% entre Enero y Noviembre. Visto así, no puede ser diferente el 2004 de los años anteriores, porque la política económica no ha cambiado. Esperar algo distinto equivaldría a estar loco, esas mismas políticas no van a dar ahora resultados diferentes. Esta vez, sin embargo, existen dos incógnitas. La primera es si ese exceso de gasto va a tener un espejo en la fuga de capitales, o (si se mantiene el control) en una fuerte aceleración de la inflación (o una combinación de ambas). La segunda incógnita es qué puede hacer una administración para revertir ese proceso.
Miguel Angel Santos