¿Cómo podemos llegar al 15F 50%-50%?

¿Cómo podemos llegar al 15F 50%-50%?

El Universal

El lunes fue una mañana inusual. Uno de esos puntos a donde nos ha conducido el paroxismo de estos tiempos: El Presidente ordena un día feriado y una parte del país se rebela, y acude a trabajar. Ahora la nueva forma de declararse en rebeldía es trabajar. Una nueva estrella en la bandera, nueva dirección para el caballo, nueva moneda, un canal menos de televisión, un nuevo feriado, una nueva hora. Qué difícil es vivir bajo esa amenaza constante de que el próximo “me da la gana” termine por quebrar de forma definitiva esa rápida sucesión de imágenes que constituye nuestra realidad. Y acaso eso no sea lo peor, sino ese afán con el que nos damos aliento pensando que todavía se puede vivir bajo el último dictamen, que ahoga un poco más, sí, pero no nos mata. Después de todo, RCTV se puede seguir viendo en el canal 103 de DIRECTV. Este asesinato fue un crimen pasional, aquél fue por un tema de drogas, o cualquier otra razón que nos excluya, que nos resulte ajena, que nos abra una parcela mental en donde conseguir reposo. La muerte no es aleatoria.

Y he aquí que, según las cuatro encuestadoras más serias, llegaremos al próximo 15F en una situación de empate técnico. Todo lo que ha ocurrido en estos diez años, toda nuestra compleja y atormentada realidad, ha pasado por esa enorme trituradora anónima y ha salido convertida en un resultado simple, en un 50%-50%. ¿Cómo puede ser?

Es fácil tomar los números y acomodarles una historieta, como quien se hace un traje, y tratar de convencernos de que somos capaces de interpretar nuestra realidad. No es tan fácil. Nuestra realidad es compleja y su comprensión nos es esquiva. Una de esas versiones pregona que la oposición no ha podido hacer campaña. Y uno se pregunta: ¿Hace falta más campaña que la vida cotidiana, que la inflación de 47% en alimentos, que los cien mil muertos en diez años, que el saqueo de las alcaldías y gobernaciones ganadas por la oposición? ¿A alguien se le ha podido ocurrir algo más efectivo que eso, alguna campaña con más pegada que la propia realidad?

Cuesta entender qué hace Magglio Ordoñez sonriendo en el partido por el SI, cuando la noche del viernes habían muerto asesinadas dieciocho personas en Caracas. Peor aún, a esa misma hora unos vándalos habían irrumpido en la sinagoga Tiferet Israel en Quebrada Honda, orinándose en los símbolos sagrados de ese templo que ha sido capaz de convivir durante años en la vecindad de una iglesia y una mezquita.

¿Cuál es la parte de toda esa realidad que no es capaz de ver esa otra mitad? ¿Qué parte de la realidad de ellos somos nosotros incapaces de ver? No lo sé. No es una pregunta fácil. Pero la explicación del odio no alcanza para explicar ese 50%. Quizás esa otra mitad ya no tenga ninguna esperanza de llegar a vivir de forma digna, de depender de sí misma. Quizás sea como Rodrigo Cabezas, escogiendo entre seguir gastando, que se agoten las reservas y nos devore la inflación, o frenar el gasto y dejar a la gente en la calle. Para él no hay otra cosa. No es capaz de concebir un país en donde uno coge un bolívar y lo quiere invertir, en lugar de salir corriendo a buscar dólares. Quizás. Pero bueno, ya esa es mi propia falacia narrativa.

Disponible en:
http://www.eluniversal.com/opinion/090206/como-pod…

Miguel Ángel Santos

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