Gobernar sin Hugo Chávez

Gobernar sin Hugo Chávez

El Universal

Si hay algo que no se puede disimular es el paso del tiempo. Ese viene a ser el pensamiento más recurrente en estos días, cuando uno revisa la prensa venezolana. El comandante habló (“no así con la voz de él de siempre, pero si uno pone atención, él se hace entender”), el comandante mandó a reorientar el satélite, el comandante salió a caminar, el comandante planificó su regreso y decidió anunciarlo por twitter (“él mismo, para acabar con los rumores”). Todos de pie: Anoche arribó el Presidente en funciones. Y así. El tiempo va pasando. Los visitantes extranjeros son cada vez más esporádicos. La mayoría ya había decidido salir de dudas temprano, y se apresuraron a La Habana en las primeras de cambio. Un enterarse y un acaso: no dejar escapar la posibilidad de presentarle un último gesto, respeto y agradecimiento por los favores concedidos. Algunos tuvieron más suerte que otros. A su salida todos fueron crípticos. “Hasta siempre Hugo” (Cristina Kirchner).

Hubo que hacer el ajuste económico. Hubiese sido bueno tener al lado a Chávez, que todo lo maquilla y todo lo vende. Chávez, el que en última instancia siempre puede llamar al sacrificio y a la renuncia del propio bienestar por el bien de la revolución. “Con hambre y sin empleo, con Chávez me resteo”. Chávez, a quien todo se le acepta y todo lo puede. Sin la posibilidad de contar con él y con las cuentas presionando se vieron obligados a devaluar. Como lo hacen por necesidad y no por convicción, mientras más se demoraran, menos recogían. Pronto vendrán otras medidas. “Si no podemos contar con él, al menos tengámoslo aquí, digamos que esto lo definió y lo aprobó él”. El comandante diseñó el paquete económico. Una suerte de última vuelta del Cid campeador. Y es que la marioneta de a poco va perdiendo forma, se le han ido algunas costuras y toda la obra amenaza con venirse abajo. Se extravió la unidad monolítica, unos dicen que el dólar estaba barato, otros que así se protegen los dólares del pueblo, y otros señalan a la oligarquía especuladora. Ricardo Sanguino declara que ha sido para promover exportaciones, se suma así a la filosofía del switching expenditure, de aquí al FMI (no sería el primero). Todas ellas excusas difíciles: las esgrimen quienes administran el 95% de los dólares que ingresan al país.

Mientras tanto, en las calles, en las empresas públicas y en los portales web, buscan contener a sus propios partidarios. La inflación de los tres primeros meses del año equivale a niveles de entre 43% y 49% anual. La escasez reportada en enero superó el 20%. ¿Cómo lidiar con esto sin él? Por razones que me imagino tienen que ver con su propia dinámica interna, siguen sin llamar a elecciones, viéndose obligados a recoger parte de lo que han sembrado. Vienen rodando por inercia, sin la gasolina del líder, sin ideas ni propuestas, su agenda electoral se restringe a aniquilar los pocos espacios de los que dispone la oposición. A falta de carisma, hace falta aún más desigualdad en el proceso electoral para garantizar la victoria. Aún así, si no es más acá, será más allá. El tiempo sigue avanzando. Y como decía Antoine de Saint Exupery, caminando recto, siempre hacia delante, no se puede llegar muy lejos.

Miguel Ángel Santos

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *