Las dos preguntas del 2013

Las dos preguntas del 2013

El Universal

Las mejores preguntas en economía siempre surgen de la gente con una formación de base distinta, o más aún, ninguna formación del todo. Vienen cargadas de esa intuición básica que quienes estamos adentro ya hemos perdido hace rato. En ese sentido, algunos economistas necesitamos una escuela para desaprender (Facundo Cabral dixit). La historia de lo que ha ocurrido en 2012 ya está escrita. El gobierno se ha lanzado un aumento del gasto público que en términos reales por persona lo coloca como el mayor de nuestra historia. Nuestros ingresos, por otro lado, permanecieron estables. Peor aún, como el precio del petróleo se mantuvo y la producción también, la contribución de Pdvsa es idéntica a 2011, pero en bolívares perdió poder adquisitivo por la inflación. Esta caída de los ingresos y aceleración del gasto produjo un déficit fiscal descomunal.

¿Cómo ha sido financiado ese déficit? Un tercio se financió imprimiendo dinero. Para la semana previa a las elecciones, la cantidad de monedas y billetes había crecido 51% con respecto al año anterior. Ahora bien, una vez que estas monedas y billetes salen a la calle, dan lugar a una cantidad de depósitos en los bancos. En ese mismo lapso, la liquidez (monedas y billetes en circulación, más depósitos en ahorro y a plazos) ha crecido 59%. Y como la demanda de crédito privado está paralizada, el gobierno aprovecha y le empuja títulos de deuda a los bancos a tasas muy bajas, que terminan pagando los ahorristas (a quienes los bancos les paga tasas aún menores). Así se financiaron los dos tercios restantes del déficit.

Aquí surge la primera pregunta: ¿Es posible financiar déficit imprimiendo dinero? ¿Y eso no genera inflación? La respuesta es que sí, que esa es parte de la explicación de por qué seguimos teniendo la inflación más alta del mundo. Pero la verdad es que imprimir 51% más de dinero y tener una liquidez 59% mayor, en un país que en teoría debe crecer 5% en el año, debería provocar una inflación mucho mayor (45%-50%). No ha sido así. La respuesta se nos escapa todavía: la teoría se parece a la práctica sólo en teoría. Milton Friedman escribió un papel de trabajo en 1957 en donde establecía un período de dos años para que el crecimiento de la liquidez se transmitiera a la inflación. Aunque esos plazos aplican para EEUU, nosotros no deberíamos esperar imprimir dinero ad infinitum sin que reviente la inflación. Eso representa un problema, porque es el principal mecanismo de financiamiento.

La otra pregunta esencial, visto que ya tenemos tiempo gastando y consumiendo bastante más de los que producimos (incluyendo petróleo como “producción”) es: ¿Hasta cuándo puede endeudarse un país? Venezuela en 1998 tenía una deuda externa de 25.600 millones de dólares, ahora tiene una de 95.500 millones. Incluyendo estatizaciones y proveedores de Pdvsa por pagar, nuestra deuda llegaría hasta 150.000 millones de dólares. ¿Hasta cuándo? ¿Cuál es el límite de la capacidad? Son preguntas muy intuitivas, muy válidas en esencia, para las cuales no existe una respuesta precisa. Pero si le agregas arena gradualmente a una pirámide, aunque no puedas predecir en qué momento se vendrá abajo, sí puedes decir con certeza que en algún momento lo hará.

Disponible en:

http://www.eluniversal.com/opinion/121109/las-dos-preguntas-del-2013

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