¿Venezuela es hemofílica? ¿Por qué?

¿Venezuela es hemofílica? ¿Por qué?

El Universal

América Latina y el resto del mundo están en una página completamente distinta a la nuestra. Las bajas tasas de interés en los países desarrollados han provocado allí enormes salidas de capitales que huyen hacia las economías emergentes en búsqueda de mejores retornos. Los países en desarrollo han demostrado ser muy resistentes a la crisis financiera de 2007-08. Algunos de ellos jamás llegaron a caer del todo: siguen creciendo a un ritmo acelerado y tasas de inflación muy bajas. América Latina y Asia han sido los más favorecidos. Nuestra región registró en 2010 una entrada de capitales de 220.000 millones de dólares, 60% más que en 2009 y sólo un poco por debajo de su punto más alto, registrado en 2007. Pero mucha cantidad de algo bueno a veces puede ser también un problema.

Ahora mismo hay un gran debate planteado acerca de qué hacer con esas entradas de capital. La primera opción es no hacer nada. Si no haces nada, tu moneda se apreciará significativamente. Esto ya ha empezado a suceder en muchos países. Brasil, por citar el ejemplo más fácil y más próximo, se ha convertido en uno de los lugares más caros del mundo. Esta política tiene su precio. El deterioro del sector exportador y la aceleración de las importaciones suelen pasar factura en términos de empleo. Además, se corre el riesgo de que las tasas de interés en los países desarrollados suban en algún momento (es una certeza, más que un riesgo) y se produzca una salida de capital repentina que te sorprenda con la cuenta corriente en déficit, el sector exportador debilitado, provoque una depreciación y obligue a los países emergentes a reducir el consumo e importar menos a precios mucho mayores.

Otros han decidido defender su tasa de cambio. Es el caso de China e Indonesia. El Banco Central adquiere todas las entradas de capital (para evitar la apreciación) y procura equilibrar la inflación que produce la expansión monetaria vendiendo títulos (absorbiendo dinero) en el mercado local. En el entorno actual, esos títulos se han convertido en los favoritos de los inversionistas, ¡provocando un estímulo adicional a la entrada de capitales! Esta opción no es sostenible a largo plazo: el país pierde el control de su política monetaria y las operaciones de absorción cuestan dinero (intereses) y afectan el balance fiscal.

En esta circunstancia se ha empezado a desempolvar la idea de los controles a la entrada de capital. Todos se quieren modelar a la usanza de Chile 1991-1998. El propio FMI ha pasado, de condenar los controles, a advertir que bajo ciertas condiciones podrían ser útiles, e inclusive ha diseñado un manual para su implementación.

¿Qué ocurrió en Venezuela en 2010? La salida registrada de capitales fue de 21.640 millones de dólares. Como suelen decir las mamás venezolanas: Cuando nosotros vamos, ya los demás fueron y vinieron. ¿Qué podemos hacer? ¿Necesitamos un control a las salidas de capital? ¿Cómo hacer para que los venezolanos se decidan a invertir en el país y aprovechen las enormes oportunidades de rentabilidad que ofrece nuestro exiguo stock de capital? ¿Cuál es la política cambiaria más acorde a nuestras características y más apropiada para promover la inversión?

Disponible en:
http://www.eluniversal.com/opinion/110506/venezuel…

Miguel Ángel Santos

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *